¿Tu hijo está dando sus primeros pasos o aprendiendo a caminar pero no sabes qué tipo de zapatos comprarle? Sigue nuestros consejos para tener unos pies fuertes y sanos.
Lo ideal es que los bebés vayan siempre descalzos. Sí, completamente descalzo. Los pies de los niños tienen 70.000 terminaciones nerviosas que comunican constantemente información al cerebro. El cerebro utiliza esta información para ayudar al niño a mantenerse equilibrado. Por eso los niños, y también los adultos, caminan mejor si van descalzos.
Evidentemente, no siempre es posible caminar descalzo y es para estos momentos cuando es necesario encontrar el calzado perfecto, que respete los pies de tu bebé y no dificulte sus movimientos al caminar, permitiendo que los pies se desarrollen de forma natural.
En primer lugar, los zapatos deben ser flexibles en toda su longitud. Los zapatos demasiado rígidos limitan y controlan los movimientos de los pies, dificultando que el niño camine y explore el espacio circundante.
También es importante que tengan una suela lo más fina posible, para asegurar su conexión con el entorno, y sin pendiente alguna. Las suelas más altas en la espalda alteran la postura e interfieren con el movimiento de caminar del niño. Lo mismo ocurre con las plantillas, que deben ser lisas y libres de elementos anatómicos.
Busca también zapatos que sean lo más ligeros posible. Los zapatos más pesados obviamente limitan el movimiento del niño y no le permiten tener la sensación de caminar prácticamente descalzo.
Evite los zapatos con refuerzos para ayudarle a caminar. Existen en el mercado modelos con tobilleras o estabilizadores laterales para ayudar a caminar, pero lo que hacen estos zapatos es impedir que el niño tenga un desarrollo natural de la marcha. Los niños no necesitan ningún apoyo físico que les ayude a caminar, pueden hacerlo solos.
Por último, elige zapatos con una horma adaptada a la forma del pie. La inmensa mayoría de los zapatos para niños que se encuentran en el mercado tienen la puntera demasiado estrecha, lo que significa que los dedos pequeños no tienen suficiente espacio y, a veces, incluso acaban apretados. Es importante elegir zapatos con una puntera ancha, donde los dedos tengan espacio para moverse libremente y desarrollarse de la forma más natural posible.
En general, elige siempre zapatos que respeten los pies de tu bebé y que no impongan cambios en su marcha. ¡El desarrollo natural de la marcha es importante para la autonomía y la salud de los pies de los niños!